Seehofer fue confirmado en el máximo cargo de la CSU con un 83,7 por ciento de los votos de los delegados reunidos en el congreso del partido celebrado en la ciudad de Núremberg.
Se trata del peor resultado obtenido por el líder socialcristiano, quien trabaja codo con codo con la canciller alemana, Angela Merkel, en el intento de formar una nueva gran coalición de Gobierno junto con el Partido Socialdemócrata (SPD) a nivel nacional.
"Esta es una buena base de lo que nos espera en Múnich y Berlín", dijo Seehofer en alusión a los comicios regionales de 2018, en los que la CSU espera defender su mayoría absoluta, y a las gestiones para formar Gobierno en Berlín.
Seehofer enterró la semana pasada el hacha de guerra con su acérrimo rival, Markus Soeder, al anunciar que dejaría de forma anticipada la jefatura de Gobierno de Baviera en favor de éste. Al mismo tiempo, reafirmó su intención de continuar al mando del partido.
Soeder fue elegido por los delegados casi por unanimidad como candidato de la CSU para las elecciones regionales. "Voy a luchar con todas mis fuerzas por este estado y por esta CSU", prometió el político de 50 años, quien asumirá el cargo de primer ministro de Baviera en el primer trimestre del año que viene.
Seehofer luchaba por su supervivencia política desde las elecciones generales de septiembre, en las que su agrupación fue la más castigada en las urnas, perdiendo casi diez puntos respecto a 2013. Esto coincidió con el meteórico ascenso de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), que recabó un 12,6 por ciento para desembarcar por primera vez en el Bundestag alemán.