Tras no lograr en julio los votos necesarios para acabar con el 'Obamacare', los republicanos en el Senado han puesto en marcha este mes una nueva estrategia basada un proyecto de ley que usa argucias presupuestarias para impedir la aplicación de la reforma sanitaria.
Los republicanos tenían de plazo hasta final de esta semana y pensaban seguir adelante con sus planes, a pesar de que contaban con una ajustada mayoría debido al nulo apoyo de los demócratas y a los oficialistas díscolos. Después de que la senadora Susan Collins expresara el lunes su rechazo, la tentativa ha quedado frustrada.
Collins se ha sumado así a los también senadores John McCain y Rand Paul y los republicanos solamente podían permitirse perder dos apoyos de su propio partido. "Básicamente, nos hemos quedado sin tiempo" para juntar votos, ha dicho Ron Johnson.
Desde la Casa Blanca, el presidente estadounidense, Donadl Trump, ha cargado de nuevo contra los senadores rebeldes. "Estamos decepcionados con algunos que dicen ser republicanos", ha dicho.
En la misma línea se ha pronunciado el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, que en mayo consiguió sacar adelante la ley contra el 'Obamacare'. "Estamos un poco frustrados con el Senado", ha confesado.