Los padres de la adolescente gitana, ahora detenidos, la mantuvieron recluida en casa desde 2013 para no poner en peligro el futuro negocio.
Por lo que la chica, desde los 13 años no podía salir de casa y solo se le permitía el uso de su teléfono móvil, aunque sin conexión a internet, según ha publicado el periódico italiano La Repubblica.
Solo podía salir a hacer alguna compra y acompañada de algún familiar cercano. No podía realizar llamadas por teléfono y solo le permitían jugar con las aplicaciones de su móvil.
Un día aprovechando que salió con unos familiares consiguió conectarse a una red de Wifi libre y jugando online pudo chatear con su rival virtual al que le pidió ayuda, tras contarle su situación.
El joven alertó a un centro antiviolencia de la ciudad y estos a la Policía, que tras las debidas pesquisas detuvieron al padre de la joven prometida a cambio de dinero a un hombre de su misma etnia.
El padre, de 49 años, ya había recibido del futuro marido y comprador de su hija una cantidad de 4.000 euros de anticipo.
El resto de la cantidad acordada del 'negocio' le sería entregada al padre de la menor gitana, que ahora tiene 17 años, después de que comprobara que cumplía con sus exigencias.
Estas eran: que la joven fuera virgen, estuviera delgada y supiera realizar las tareas domésticas.