Los rehenes fueron entregados al fundador del grupo Frente Moro de Liberación Nacional, Nur Misuari, firmante de un reciente acuerdo de paz con el Gobierno, sin que de momento se tenga constancia del pago de un rescate.
Misuari entregó posteriormente los rehenes al gobernador de la isla de Sulu, Absusakur Tan II, según constató el asesor de paz del Gobierno filipino, Jesús Dureza.
Durante las últimas dos semanas, Abú Sayyaf -- un grupo distinguido por sus secuestros, gracias a los que obtiene enormes sumas de dinero para operar -- ha puesto en libertad a dos filipinos y noruego, al margen de estos tres indonesios. También ha asumido la responsabilidad de las ejecuciones de dos ciudadanos canadienses, que fueron decapitados.
Las liberaciones coinciden con una nueva ofensiva del Ejército filipino para acabar con los rebeldes atrincherados en las islas de Sulu y Basilan, siguiendo las órdenes del presidente del país, Rodrigo Duterte, quien ha prometido destruir al grupo sin negociación de por medio, dada la brutalidad de los islamistas.