Benedicto XVI ha llegado al aeropuerto José Martí de La Habana a las doce del mediodía, hora local, procedente de Santiago de Cuba, donde ha celebrado una misa privada en la capilla del Seminario San Basilio Magno en la que ha rezado por los "privados de libertad, separados de sus seres queridos".
A su llegada a La Habana, el Santo Padre ha sido recibido por un grupo de niños que le han ofrecido un ramo de flores y, posteriormente, ha sido recibido por el Cardenal de La Habana, Jaime Ortega y por el séquito de prelados de la Conferencia Episcopal. La encargada de los asuntos religiosos del Gobierno cubano, Caridad de Diego, ha sido la única representación del Ejecutivo de Raúl Castro.
Tras los saludos iniciales, se ha representado ante el Papa un baile tradicional conocido como Contradanza (pieza del siglo XIX), por la Compañía juvenil de Danza de Cuba. Posteriormente, el Santo Padre ha entrado en un coche cubierto para dirigirse a la Nunciatura.
Benedicto XVI tiene previsto un recibimiento en el Palacio de la Revolución, en la plaza José Martí, y más tarde mantendrá un encuentro y cena con los obispos cubanos y el séquito papal, en la Nunciatura de La Habana.
Este miércoles, el papa celebrará una misa multitudinaria en la Plaza de José Martí.
El Gobierno de Raúl Castro ha dejado claro que "no habrá cambios políticos en Cuba", aunque ha asegurado que "actualizará" todo lo que sea necesario del modelo económico socialista, en un mensaje que coincide con la visita de Benedicto XVI.