El niño fue "sacudido con fuerza en una o varias ocasiones y esto causó que su cabeza colisionase con una superficie dura o semidura", según el juez del tribunal de la corona de Birmingham.
"Las sacudidas causaron las lesiones en el cerebro y en la columna vertebral, y en último lugar, hicieron que Kayden dejara de respirar y, finalmente, que perdiese la vida", ha añadido.
El pequeño fue trasladado inconsciente al hospital en junio de 2016, donde solo pudieron confirmar su muerte, según ha publicado el diario Birmingham Mail.
La defensa de Walker argumentó que su cliente se estaba encargando de la mayoría de los quehares del piso, además del cuidado de Kayden, por lo que perdió los estribos y sacudió al niño. "No pretendías causarle la muerte o un daño grave, lo sacudiste de cólera, pero no pretendías las terribles consecuencias de tus acciones", ha dicho.
El jurado del tribunal de la corona de Birmingham lo ha absuelto de asesinato porque consideraron que no hubo premeditación. Por ello, Ricky Walker está condenado a seis meses de prisión por homicidio.
"No hubo premeditación: la muerte de Kayden fue el resultado de una pérdida momentánea de temperamento y control en un contexto de cansancio y estrés en el cuidado de los niños", ha dicho el juez, quien además se dirigió a Walker para añadir "no solo lloras la pérdida de tu hijo, sino que tienes que vivir con el hecho de que causaste su muerte".
Por otro lado, la madre del niño, Laura David, de 24 años, fue condenada por permitir la muerte de su hijo. No obstante, será sentenciada el 5 de septiembre.