Patnaree, la mujer que podría ir a la cárcel por decir 'ok' en Facebook

Noticias Cuatro 23/05/2016 09:47

Patnaree Chankij es una mujer de 40 años que vive a las afueras de Bangkok con sus cuatro hijos. Vive a base de lavar, planchar y limpiar las casas de sus clientes. Nada que haga sospechar que no es una ciudadana leal. Incluso tiene cuadros de la familia real y le ha confesado a la ‘BBC’ que “nunca ha dicho nada negativo sobre la familia real”.

Sin embargo, estos antecedentes parecen no haber sido suficientes para que se disipen las sospechas de traición a la corona que rondan sobre ella. A comienzos de mayo se la acusó de un delito de lesa majestad y traición a la monarquía. Las autoridades argumentan que ha insultado a los reyes. La realidad es que ella mantuvo una conversación por el chat de Facebook con una clienta y un activista político. Éste, en teoría, hizo comentarios inapropiados y ella respondió ‘Ja’, que se podría traducir del tailandés por ‘ok’.

Las autoridades del país entienden que ella no recriminó los comentarios y los aceptó con esa palabra. Esto supone que se le acusa de uno de los delitos más graves en Tailandia. De hecho, el código penal del país contempla penas de entre 3 y 15 años. Aunque el pasado año a una madre fue condenada a 56 años por supuestos comentarios de este tipo en las redes sociales.

La forma en la que se desarrollan los casos deja dudas sobre la legitimidad de las acusaciones. Según recoge el mencionado medio británico, las vistas orales se realizan en tribunales militares y en secreto. Esto pone trabas a la defensa de los acusados, además de retrasar la llegada de la información a los medios.

Patnaree afirma que defenderá su inocencia y considera que esto se ha hecho como represalia por las acciones de su hijo, Sirawith Sertiwat. Ese joven estudia Ciencias Políticas y se ha posicionado como uno de las caras más reconocidas del movimiento de estudiantes que se opone al régimen tailandés. Participó en protestas contra las autoridades en las que se usó como símbolo los tres dedos de ‘Los juegos del hambre’. Aunque sus manifestaciones no son multitudinarias, son los únicos que se oponen de forma pública a las autoridades de Tailandia.