Harry Stevenson, de 88 años, murió a los pocos minutos de que le comunicaran que su mujer Mavis falleció a los 89 años. La pareja llevaba casada desde hacía 65 años y no se habían separada desde entonces. Cuando Mavis tuvo problemas de salud ambos, a pesar de que Harry no tenía problemas, se fueron a la residencia St. Werburgh's House, donde podía recibir cuidados médicos sin que estuvieran separados.
"Las enfermeras le contaron a Harry de la forma más delicada que ella había fallecido. Las enfermeras dijeron que se le escapó alguna lágrima pero que no se produjo una escena dramática. Después salieron y al volver encontraron a Harry muerto. Fue unos pocos minutos después", asegura su sobrino Stephen Creswell.
La pareja se conoció en un club social a la edad temprana de 16 años, y comenzaron a tener citas poco antes de que Harry fuera a combatir a la Segunda Guerra Mundial, justo el día de su 17 cumpleaños. Estuvo destinado en la Marina Real Británica y participó en el desembarco de Normandía. A su vuelta de la guerra se casaron y él estuvo trabajando como carpintero durante 50 años. "Ellos no hubieran querido vivir sin el otro, por lo que creo que es el final perfecto", comenta su sobrino.