Rachel Joy Piland y su marido Joshua Barry Piland, de 30 y 36 años respectivamente ignoraron las recomendaciones de la comadrona sobre la ictericia, que comenzó a sufrir la pequeña un día después de su nacimiento.
La mujer advirtió a los padres que la niña podía sufrir daños cerebrales que le causarían la muerte, pero estos no le hicieron caso, según ha publicado 'The New York Daily'.
"La madre rechazó iniciar cualquier tratamiento y dijo que la niña estaba bien, porque "Dios no comete errores", declaró el inspector de Policía.
Además canceló las citas siguientes que tenía con la comadrona para dar seguimiento al bebé.
Fue el hermano de Rachel Joy Piland quien avisó a las autoridades de la muerte del bebé en casa de sus padres.
El pasado 9 de febrero la pequeña comenzó a tener problemas respiratorios y no comía. Sobre las 11 de la mañana la niña moría.
Cuando llegó la policía la casa familiar avisados por el hermano de la madre, se encontró a toda la familia rezando por la "resurrección" de la niña. Los padres ni siquiera llamaron.
Los médicos que examinaron el cuerpo diagnosticaron que la pequeña sufría un estado de hiperbilirrubinemia.
Los padres acusados de homicidio involuntario enfrentan hasta 15 años de cárcel.