"Una enorme cantidad de refugiados e inmigrantes muertos en todo el mundo, un régimen de impunidad para los culpables y la tolerancia ante la situación sólo pueden describir la existencia de una crisis humanitaria y de la protección de los Derechos Humanos", ha denunciado Callamard.
La relatora ha instado a la comunidad internacional a respetar y a proteger la vida de los desplazados y a crear una comisión internacional que investigue la dimensión de la tragedia, dado que hasta el momento no se han registrado "datos precisos del número de desplazados muertos y desaparecidos".
"No investigar las muertes es una violación adicional del derecho a la vida, que contribuye a un régimen internacional de impunidad, invisibiliza todavía más las violaciones de libertades y derechos y oculta a las víctimas", ha explicado la especialista ante la Asamblea General de la ONU, con sede en Nueva York.
Por el contrario, Callamard ha distinguido a aquellos gobiernos, organizaciones y parte de la sociedad civil que han trabajado para salvar la vida de los refugiados e inmigrantes en todo el mundo, dado que realizan estas labores, "a pesar de que la mayoría del planeta asocia la inmigración con la delincuencia y con la amenaza de la seguridad nacional".
Callamard ha señalado que las iniciativas internacionales de gobernanza global centradas en los desplazados son una oportunidad perfecta para abordar esta crisis y ha recomendado el desarrollo de protocolos comunes para las operaciones de búsqueda y rescate y el rastreo de desaparecidos.