Normalidad en Islamabad tras la retirada de las últimas acampadas de los islamistas en la ciudad

EUROPA PRESS 28/11/2017 04:21

Las protestas, que llegaron a paralizar la capital del país y derivaron en disturbios y enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, han sido desconvocadas por los organizadores, tras lo que se ha procedido a la retirada de las acampadas.

Tras la retirada de las mismas, las autoridades han procedido a la liberación de 25 manifestantes detenidos en varias comisarías de la ciudad, también en el marco del citado acuerdo, según ha informado la cadena de televisión local Geo TV.

Estos acontecimientos han permitido la reapertura del puente de Faizabad, escenario de cargas policiales durante el fin de semana, permitiendo el reinicio del tráfico rodado en la zona.

Asimismo, las tiendas han reabierto en Islamabad y Rawalpindi --adyacente a la capital--, mientras que los servicios de autobús y metro reiniciarán sus actividades a primera hora del martes.

La renuncia de Hamid era la principal reclamación de los manifestantes, que protestan contra una reforma legal que afecta a la consideración del profeta Mahoma como último profeta.

Los organizadores han publicado un comunicado anunciando el fin de la sentada, resaltando que el acuerdo con el Gobierno contempla la creación de una comisión de investigación para actuar contra los responsables de la enmienda.

Las protestas fueron convocadas por partidos islamistas, entre ellos Tehrik-i-Jatm-i-Nabuwat, Tehrik-i-Labaik Ya Rasul Alá (TLY) y Sunni Tehreek Pakistan (ST).

El sábado la Policía lanzó una operación para dispersar a los manifestantes acampados, pero tras horas de disturbios y tres muertos, los agentes finalmente decidieron retirarse. Miles de personas salieron a la calle en Islamabad y en otras ciudades del país para denunciar la violencia policial.

La crisis comenzó a raíz de la aprobación el mes pasado dentro de la Ley de Elecciones de 2017 de un cambio en la fórmula utilizada para jurar los cargos por la que se podía interpretar que Mahoma es un profeta, no el último profeta. Este matiz enfureció a los partidos islamistas que denunciaron una conspiración contra la religión musulmana.

El Gobierno ha atribuido este matiz a un "error administrativo" y se ha aprobado ya una enmienda legal para aclarar cualquier duda al respecto y dejar claro que Mahoma es el último profeta.

Sin embargo, los citados partidos rechazaron la explicación y centraron sus iras en el ministro de Ley y Justicia, a quien tildan de blasfemo.

El sábado fue asaltada la casa de Hamid en Pasrur, en el noreste del país, si bien en el momento del ataque ni el ministro ni sus familiares estaban en la vivienda.