Nunca pidió perdón, negó el holocausto y después de muerto, Erich Priebke, intenta justificar sus crímenes en un vídeo póstumo argumentando obediencia de vida. Un criminal de guerra y oficial nazi, cuyos restos mortales nadie quiere enterrar. Ni Italia donde cumplía arresto domiciliario, ni Argentina donde se refugió tras la guerra, ni su Alemania natal. Falleció a los cien años en si casa romana el pasado 11 de octubre donde cumplía perpetua por los fusilamientos masivos de las Fosas Ardeantinas.