Un grupo de milicianos ha disparado granadas de mortero que han alcanzado al menos a dos civiles, según ha publicado la agencia estatal siria, SANA.
Este ataque supone un quebrantamiento del acuerdo internacional de desescalada militar en la zona, igual que existen en otras áreas de Siria, creado para que las organizaciones de ayuda humanitaria puedan operar en el país.
Naciones Unidas ha advertido de que 400.000 civiles se encuentran en condiciones extremas en Ghuta Oriental --el último gran bastión de los rebeldes cerca de Damasco-- por el bloqueo bajo el que viven sometidos, que les deja sin una mínima ayuda para subsistir. Según la ONU, cientos de personas necesitan asistencia médica urgente.