En dicho encuentro también participó el excanciller alemán Gerhard Schröder, quien fuera líder del Partido Socialdemócrata (SPD) y quien podría entrar a formar parte del consejo de supervisión de la petrolera rusa Rosneft.
"Para evitar cualquier duda en relación a una mezcla de intereses comerciales del anterior canciller Schröder y sus deberes oficiales, creo que es importante que seamos informados del contenido exacto de esta reunión", ha dicho Jürgen Hardt, quien es portavoz de La Unión --una coalición que aglutina a la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Merkel y a su partido hermano bávaro, la Unión Social Cristiana(CSU)--.
En una carta enviada a Gabriel que ha publicado este domingo el diario 'Bild am Sonntag', Hardt muestra especial interés en saber si durante la cena se trató la cuestión de una nueva incorporación al consejo de Rosneft y pregunta en qué momento el ministro de Exteriores de Alemania tuvo conocimiento de que a Schröder se le había propuesto ocupar "un puesto importante en la compañía estatal rusa".
La intención de Schröder --que fue jefe del Gobierno alemán entre 1998 y 2005-- de formar parte del consejo de supervisión de Rosneft desató un aluvión de críticas en Alemania, a las que se sumó también hace días la propia Merkel Merkel.
"Creo que lo que hace el señor Schröder no está bien", declaró la canciller en una entrevista concedida a la edición digital del diario alemán 'Bild'. "Yo no tengo la intención de ocupar cargo alguno en el sector empresarial cuando deje de ser canciller de Alemania", afirmó.
A la situación se suma además el hecho de que Rosneft se encuentra en la lista de sanciones de la Unión Europea (UE), que se fijó como reacción al conflicto en el este de Ucrania, después de que Rusia anexionara Crimea hace tres años.