Cada noche, después de meter a su pequeño en la cama, Katie Booth se sienta en la cocina y recrea lo que ha hecho durante el día. Para ello, ojea todas las más de 50 fotografías que ha tomado en las que aparece jugando en el parque con su hijo Elliot, de tres años, yendo al supermercado, dándole de comer... Este mismo ritual lo repite Katie cada día porque sino no es capaz de recordar haber hecho nada de eso, incluso pocas horas después de hacerlas. Pero no siempre fue así, embarazada de cuatro meses y medio Katie sufrió un aneurisma cerebral del que consiguió salir pero que le provocó una pérdida de memoria a corto plazo.
Katie nunca se olvida de su iPhone o de su cámara de fotos. "Los llevo conmigo en todo momento junto a una lista de cosas por hacer, desde con quien he hablado por teléfono ese día hasta lo que está en mi nevera", explica Katie al diario Mirror. "Es una extraña manera de vivir, pero es la única manera que puedo recordar", añade.
"Cuando mi novio, Jonathan, llega a casa, me pregunta qué hemos estado haciendo. Entonces saco la cámara y recordamos juntos los momentos especiales que he vivido con nuestro hijo.” Me asusta lo rápido que se me olvidan".