El acto central de las protestas ha tenido lugar en la segunda ciudad más grande del país, Plovdiv, bajo la convocatoria del principal partido de la oposición, Ciudadanos por el Desarrollo Europeo de Bulgaria (GERB), de centro-derecha, con unas 35.000 personas, según los medios búlgaros, 100.000 según el partido opositor.
Mientras, en Sofía, el primer ministro, Plamen Oresharski, ha prometido que no abandonará el cargo y que impulsará políticas sociales para beneficiar a los más desfavorecidos. El acto ha sido convocado por los socialistas y su socio minoritario de gobierno, el Movimiento por los Derechos y Libertades (MRF), que representa a la etnia turca, y en él han participado unas 60.000 personas, según los organizadores.
"La democracia está amenazada", ha denunciado el líder del PSB, Sergei Stanishev en referencia a los cinco meses seguidos de manifestaciones promovidas, según el dirigente socialista, por quienes han arruinado la economía y las instituciones, "por quienes nos han robado dinero a nosotros, a los ciudadanos búlgaros".
El Gobierno se ha enfrentado a protestas en la calle prácticamente desde que asumió el poder en mayo. Los socialistas llegaron al poder pese a ser el segundo partido más votado tras GERB, partido incapaz de negociar una coalición de Gobierno.
Los socialistas gobiernan en coalición con el MRF, cuyo 'número dos', Hristo Biserov, tuvo que dimitir tras ser investigado por fraude fiscal y blanqueo de dinero.