Cinco minutos muy largos, casi interminables fueron los que el esquiador profesional Julien Lopez vivió en el Freeride World Tour. Nada más arrancar su descenso, el francés se vió sorprendido por una avalancha. Parte de la nieve que cubría la montaña se desprendió bajo sus pies.
En un primer momento, Julien logró ser más rápido que 'su enemiga' pero cayó y aunque trató de levantarse rápidamente, terminó siendo aplastado por toneladas de nieve.
El esquiador logró ser rescatado gracias a los sistemas GPS que llevaba, al helicóptero que tenían disponible y a la rapidez de sus compañeros.
"Fui un afortunado. En la montaña estar equipado con ARVA (dispositivo de búsqueda de víctimas de avalanchas), una pala y una sonda es lo mínimo. Tener amigos entrenados y preparados para sacarte en quince minutos es indispensable. Pese a ello, las estadísticas están ahí y en el 25% de los casos se pierde la vida".
Se siente un afortunado por haber sobrevivido a una experiencia que define como "una sensación horrible, casi indescriptible".