Medio centenar de muertos en una oleada de atentados en Irak

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En primer lugar, ha explotado un artefacto en una plaza de la localidad de Kut, que se encuentra 150 kilómetros al sureste de Bagdad. Posteriormente, y tras la llegada de las fuerzas de seguridad a la zona, ha estallado un coche bomba, explica la Policía.

Como resultado de este doble ataque han fallecido al menos 37 personas y 68 han sufrido heridas, según ha explicado el director del departamento de salud de la provincia de Wasit, Dhiyauddin Jalil. El viceministro de Sanidad, Jamis al Saad, ha apuntado en declaraciones a Reuters que, aunque "los hospitales aún están recibiendo víctimas", la situación está "bajo control".

Kut ha permanecido sin apenas incidentes violentos desde que, en agosto del año pasado, un suicida mató a 30 policías y destruyó una comisaría coincidiendo con el fin de las operaciones de combate estadounidenses en Irak.

Ataque en Diyala

Al menos 13 personas han muerto y otras 37 han sufrido heridas a causa de varias explosiones en la provincia iraquí de Diyala, en el este del país, según ha informado la Policía. El ataque más sangriento se ha cobrado ocho vidas. Un coche bomba ha explotado en la zona de Beni Saad, 20 kilómetros al sur de Baquba.

Ante el temor a posibles nuevos atentados y en base a información de Inteligencia, las autoridades de Baquba --la principal ciudad de Diyala-- han dado orden de evacuar los edificios de la administración provincial, según fuentes policiales.

Dos policías muertos en Tikrit

Al menos dos policías han muerto y otros seis han resultado heridos en el ataque perpetrado por dos terroristas suicidas contra una unidad antiterrorismo de la ciudad iraquí de Tikrit, mientras intentaban alcanzar una cárcel para liberar a miembros de Al Qaeda, según ha informado una fuente de seguridad.

Uno de los atacantes ha detonado su chaleco con la intención de matar a un alto funcionario de esta unidad antiterrorista, mientras que la otra víctima ha muerto como consecuencia de los disparos. Según ha indicado el capitán Jassim al Jibouri, perteneciente a dicha unidad, los suicidas pretendían llegar a una prisión que alberga a un centenar de presos de Al Qaeda.

Por otro lado, fuentes médicas apuntan a que el balance de víctimas ascendería a tres muertos y nueve heridos.

La violencia sectaria en Irak se ha reducido significativamente en los últimos tiempos, aunque los enfrentamientos entre los insurgentes y las fuerzas de seguridad son más frecuentes a medida que se acerca la fecha de retirada de las tropas estadounidenses del país, hacia finales de año.