La tensión ha vuelto a las calles del El Cairo tras varios días de aparente calma. Los seguidores de Morsi se han vuelto a echar a la calle para exigir su vuelta y los choques entre los islamistas y la policía han vueltos a ser violentos. Los antidisturbios han utilizado gases lacrimógenos contra los manifestantes y estos han respondido tirando piedras y con la quema de neumáticos.
Los servicios de emergencia han registrado hasta el momento al menos siete muertos y 261 heridos. La revuelta coincide con la visita del subsecretario de Estados Unidos, William Burns, para normalizar sus relaciones con el nuevo gobierno de transición egipcio.