Hariri recalca que el asunto de la posesión de armas por parte de Hezbolá requiere una solución regional

EUROPA PRESS 27/11/2017 03:53

"La solución a las armas de Hezbolá es regional y no interna, y no podemos hacer nada en este sentido", ha dicho, en una entrevista concedida a la revista saudí 'Arrajol'.

Asimismo, ha señalado que "Hezbolá no tiene la capacidad de gestionar el país", añadiendo que "su fuerza radica en las armas financiadas por Irán", según ha recogido el portal libanés de noticias Naharnet.

Hariri ha desvelado además que Rusia le ha prometido que no permitirá que el presidente de Siria, Bashar al Assad, "dañe la estabilidad y la soberanía de Líbano", sin dar más detalles al respecto.

Las declaraciones de Hariri llegan días después de que retirara su renuncia al cargo, anunciada por sorpresa el 4 de noviembre desde Arabia Saudí citando un supuesto complot para asesinarle y criticando duramente a Irán y Hezbolá.

El primer ministro libanés regresó al país el martes y anunció que retiraba su renuncia tras un encuentro con el presidente, Michel Aoun, que se había negado a aceptarla hasta que volviera a Líbano y diera explicaciones.

El jefe del bloque parlamentario de Hezbolá, el diputado Mohamad Raad, dijo recientemente durante un acto en Nabatié que el grupo está abierto a apoyar "todo lo que preserve la seguridad y la paz civil" y lo que ayude a recuperar la estabilidad.

"No estamos buscando la sedición. Estamos preservando la seguridad de nuestro pueblo y protegiendo nuestra soberanía mientras defendemos al país frente a nuestros enemigos. Nos negamos a dejar que nadie de este mundo interfiera en lo nuestro y en nuestras decisiones de país", señaló.

"Los libaneses son los que deciden sus decisiones", sostuvo Raad, antes de subrayar que la crisis política ya "ha terminado o casi" y que, por ello, hay que aprovechar la oportunidad promover la unidad de Líbano.

Hariri ha definido la crisis política provocada por su renuncia como un "despertar" para las fuerzas políticas libanesas. Su inesperado anuncio provocó malestar en las autoridades libanesas, que sospechaban que había dimitido por la presión de Arabia Saudí y que estaba en arresto domiciliario en ese país.