En su comunicado, Guterres ha expresado sus "profundas condolencias" al familiar del 'casco azul', de nacionalidad mauritana, deseando además una "pronta recuperación" a los otros tres miembros del contingente heridos en el ataque.
Asimismo, ha recordado que "los ataque contra tropas de pacificación de la ONU podrían constituir un crimen de guerra", pidiendo a las autoridades del país africano que "investiguen rápidamente el incidente y lleven a los responsables ante la justicia".
Guterres ha reiterado "la determinación de la MINUSCA para proteger a los civiles y contribuir a la estabilización de RCA", reclamando a todas las partes "que pongan fin a la violencia y trabajen juntas para lograr la paz y la estabilidad en el país".
El responsable de la misión, Parfait Onanga, ha condenado el incidente y ha expresado sus condolencias tanto a la familia de la víctima como al pueblo y el Gobierno mauritanos, según varios mensajes publicados por la MINUSCA en Twitter.
El suceso coincide con una inminente visita a Bria de la delegación de la Iniciativa para la Paz y la Reconciliación, lanzada por la Unión Africana (UA) para tratar de que los distintos grupos armados acerquen posturas y se logre la ansiada estabilización del país.
Las milicias 'anti balaka' están compuestas en su mayoría por cristianos y tienen entre sus principales objetivos a los antiguos rebeldes de Séléka, mayoritariamente musulmanes. La escalada de violencia entre ambas facciones se disparó a raíz del golpe de Estado que llevó a los Séléka al poder, en 2013.