Sudáfrica recuerda a Nelson Mandela con alabanzas y oraciones

Noticias Cuatro/Agencias 08/12/2013 15:53

En las iglesias, mezquitas, sinagogas y salones comunitarios de todo el país, desde el río Limpopo hasta el Cabo, millones de personas alababan y reflexionaban sobre un hombre que celebraron como "padre de la nación" y como un modelo mundial de integridad, rectitud y reconciliación.

Nelson Mandela, el primer presidente negro de Sudáfrica que sacó a su nación del apartheid y la llevó a una democracia multiétnica, murió el pasado jueves a los 95 años tras meses de enfermedad.

Desde entonces, la primera economía de África se ha inundado de emociones no vistas desde la salida de la cárcel de Mandela tras 27 años de prisión en 1990 y su posterior victoria electoral. Masas de gente han colocado flores, velas, globos y mensajes fuera de su casa en Johannesburgo.

En la iglesia Regina Mundi de Soweto, la mayor católica de Sudáfrica, cientos de personas, jóvenes y mayores, se reunían para rezar por Mandela y por el futuro de su país.

"Rezamos por ambos", dijo Gladys Simelane, oficinista. "La gente reza para que haya cambios y estemos juntos", ha aseverado.

La exmujer de Mandela Winnie Madikizela-Mandela, vestida de negro, asistió a un servicio religioso metodista en el barrio de Bryanston de Johannesburgo, donde el presidente Jacob Zuma alabó los valores del estadista más amado del país.

"Creía en el perdón y perdonó, incluso a aquellos que lo tuvieron en prisión 27 años", ha dicho Zuma.

"Representó la libertad. Luchó contra los que oprimían a otros. Quería que todo el mundo fuera libre", ha comentado.

La jornada dio comienzo a un programa oficial de luto que incluye un servicio conmemorativo en un estadio de Johannesburgo el martes y un funeral de Estado el próximo domingo en el hogar de Mandela, Qunu, en Provincia del Cabo Oriental - en lo que se espera que sea una de las mayores reuniones de líderes mundiales en la historia reciente.

El presidente estadounidense, Barack Obama, y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, estará entre aquellos que asistan al acto del martes.

La muerte de Mandela, aunque esperada mientras luchaba con una infección pulmonar que se remonta a sus días de prisión en Robben Island, ha sumido a los sudafricanos en un modo retrospectivo, a seis meses de las elecciones presidenciales y legislativas.

El partido gobernante del presidente Jacob Zuma, el Congreso Nacional Africano, afronta un clamor de peticiones para un mejor liderazgo tras varios años en los que el país ha vivido represiones violentas, unas crecientes protestas contra la pobreza, los delitos y el paro y unos escándalos de corrupción que merman el mandato de Zuma.

Sigue siendo uno de los países con menos igualdad del mundo, a distancia del ideal de la "nación arcoiris" de prosperidad compartida y armonía social que Mandela proclamó cuando ganó sus primeras elecciones multirraciales en 1994.

Servicios en iglesias y parques

En la catedral de St George de Ciudad del Cabo, donde los activistas contra el apartheid buscaron refugio en la década de 1980, algunos lloraban en la enorme congregación de turistas en un homenaje a Mandela por parte del deán anglicano Michael Weeder.

En la iglesia pentecostal Rivers, en Johannesburgo, los fieles, algunos de ellos envueltos en banderas sudafricanas, veían un vídeo que alababa al premio Nobel de la paz como "un hombre único, un no racista auténtico y un tipo de políticos que Sudáfrica necesita una vez más".

En un país en el que muchos siguen ritos evangélicos, algunos realizaban servicios religiosos en campos y parques. En el barrio de Sandton, e Johannesburgo, unos fieles saludaban al "padre de África" en una ceremonia en la que varios fueron bautizados.

Los musulmanes del barrio indio de Lenasia al sur de la ciudad realizaron una conmemoración en un salón.

Los editoriales de los diarios instaban a los sudafricanos a aprender del hombre alabado como "el gran reconciliador" por la manera en la que medió y aunó las diferencias por el apartheid que dividió Sudáfrica durante siglos, y por unir a su pueblo.

"El legado de Mandela habla de tenacidad, valentía, compro,miso y una incansable búsqueda de justicia - unas cualidades que necesitamos para continuar nuestro viaje para construir un nuevo país y forjar una nación con un propósito común", dijo el Johannesburg Sunday Times en su editorial.

“No soy un santo”

Capturando el sentimiento nacional de reverencia, el dibujante más famoso de Sudáfrica, Zapiro, ha publicado una ilustración con la cara tranquila de Mandela, con sus ojos cerrados, desapareciendo en el horizonte como el sol, mientras una multitud sobrecogida observa.

"No creo que tengamos nunca a nadie como él. Lo comparo con Jesucristo", dijo Shadrack Motau, un residente de Soweto.

La semana de actos funerales se repartirá entre Johannesburgo, la capital Pretoria donde el cuerpo de Mandela se expondrá, y la localidad de Qunu donde se realizará el funeral con una organización logística no vista desde el Mundial de 2010.

Pese al homenaje mundial a su nombre en las calles de Sudáfrica y el mundo, Mandela en vida no apoyaba una excesiva veneración.

"No soy un santo, a menos que creas que un santo es un pecador que lo intenta una y otra vez", dijo una el hombre que con una seductora sonrisa encantaba una y otra vez a sus enemigos, a los famosos y a la gente corriente.