EEUU quiere que "la amenaza del uso de la fuerza" en Siria siga sobre la mesa

Noticias Cuatro/Agencias 18/09/2013 10:16

"Es importante que la amenaza del uso de la fuerza siga sobre la mesa para garantizar el cumplimiento por parte del régimen de (Bashar) al Assad, así que vamos a seguir presionando en este sentido", ha dicho a la prensa John Kerry, el secretario de Estado de Estados Unidos.

El jefe de la diplomacia estadounidense ha considerado que "esto solamente pasará si (el Consejo de Seguridad de) Naciones Unidas aprueba una resolución fuerte" gracias a "la imposición de la comunidad internacional, con Rusia incluido en este esfuerzo".

Estas declaraciones contradicen lo apuntado la semana pasada por fuentes de la diplomacia estadounidense, según las cuales la Casa Blanca no iba a presionar para que la resolución del Consejo de Seguridad incluyera el uso de la fuerza en caso de incumplimiento.

De acuerdo con estas fuentes, Washington no insistiría en mencionar el posible uso de la fuerza al considerar que Moscú se negaría tajantemente y ello bloquearía la aprobación de una resolución sobre las armas químicas sirias en el Consejo de Seguridad.

Estados Unidos haría esta concesión a cambio de que Rusia garantizara que el régimen de Al Assad cumple el proceso de una forma verificable y de que la resolución establezca claramente las condiciones del desarme químico y las consecuencias que se derivarían de su incumplimiento.

Desde hace una semana, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad --Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Rusia y China-- negocian una resolución para concretar la entrega de las armas químicas sirias. Las conversaciones se centran en encontrar un término medio en el rango de las sanciones aplicables en caso de incumplimiento.

Acuerdo bilateral

Estados Unidos y Rusia alcanzaron el pasado sábado un acuerdo por el cual ambas partes exigirán al régimen sirio que entregue su arsenal de armas químicas para destruirlo o, de lo contrario, se activará el protocolo de la ONU para el uso de la fuerza.

Ambos países han dado una semana a Siria para que entregue un listado detallado con todas sus armas químicas y su ubicación, en medio de los rumores que apuntan a que el Gobierno de Al Assad ha comenzado a dispersarlas para ocultarlas a la comunidad internacional.

Una vez recibida la lista, Naciones Unidas enviará --antes de noviembre-- a otro grupo de inspectores a Siria para que compruebe el inventario de armas químicas del régimen de Al Assad. La destrucción debería llevarse a cabo a mediados de 2014.

Este acuerdo ha conseguido frenar temporalmente una intervención militar en Siria para responder al uso de armas químicas que parecía inminente. Si bien, el presidente estadounidense, Barack Obama, ha subrayado que aún contempla esta opción, si la vía diplomática fracasa.

Informe de la ONU

Un grupo de expertos de Naciones Unidas liderados por el sueco Ake Sellstrom llegó a Siria a finales de agosto para investigar el supuesto uso de armas químicas en la guerra civil, después de que el Gobierno diera su visto bueno tras meses de negativa.

Aunque las denuncias sobre el supuesto uso de armas químicas comenzaron en marzo, el engranaje de la política internacional se activó a causa del ataque perpetrado el 21 de agosto con gas sarín sobre los suburbios del este de Damasco, que dejó miles de muertos y heridos.

Los inspectores de la ONU ya han publicado su informe, en el que confirman el uso a "gran escala" de gas sarín en Siria, basándose en los síntomas de las víctimas --pérdida del conocimiento, irritación de los ojos, vómitos, asfixia y convulsiones-- y en las muestras de pelo, sangre y orina.

Además, aunque no detallan la autoría, porque ese no era su cometido, especifican que el gas sarín fue lanzado desde cohetes tierra-tierra aprovechando unas condiciones meteorológicas ventajosas, de acuerdo con "pruebas claras y convincentes".

Desde que comenzó la guerra civil en Siria, en marzo de 2011, más de 110.000 personas han muerto a causa de los combates y más de seis millones de personas, incluidos un millón de niños, se han visto obligadas a abandonar sus hogares.