Emma Kelty, nacida en Finchley, en Londres, trabajaba como directora de una escuela de primaria, pero su verdadera pasión era viajar. Su próximo destino sería realizar un viaje en solitario por el Amazonas en kayak.
Pese a los intentos de sus seres queridos de disuadirla debido a la peligrosidad de la aventura, ella tenía bien claro sus objetivos y se marchó equipada con dos teléfonos móviles, un ordenador y una cámara Go Pro para documentar su experiencia.
Llevaba 42 días en el viaje de 4.000 millas cuando desapareció a manos de una banda de piratas conocidas popularmente como las ‘ratas acuáticas’. Tal y como informa Daily Mail, los piratas vieron a la profesora mientras descansaba en su tienda de campaña junto al río y la dispararon dos veces para posteriormente golpearle con un machete y robarle sus pertenencias. Después, fueron a un mercado donde vendieron todos sus aparatos electrónicos por unas 70 libras.
Sus amigos y familiares explican que Kelty se habría ido de viaje incluso si hubiera sabido que jamás regresaría: “Si alguien le hubiera dicho lo que le iba a pasar, ella se habría ido de todos modos. La miramos a los ojos y le suplicamos que no se marchara porque era un viaje muy peligroso, ya que esa zona está llena de narcotraficantes y piratas. Le dijimos que había posibilidades de morir”.
Sin embargo y como explica Daily Mail, cuando sus seres queridos le advirtieron de los peligros, ella respondió con determinación que no quería perder el tiempo en Londres: “No puedo quedarme, mientras más tiempo me quede aquí, más tiempo voy a perder. Tengo que hacer este viaje para conseguir el éxito. Sois todos muy amables, pero yo tengo que seguir mi camino”.
Ya han pasado cuatro meses desde que la maestra desapareció y todavía no se ha encontrado su cuerpo. No obstante, uno de los piratas que la atacaron ha reconocido el asalto pero no su muerte, ya que afirma que después de atacarla, la arrojaron viva al río para que las pirañas la devoraran.
La maestra había estado compartiendo su viaje mediante imágenes en las redes sociales, tal y como había hecho años atrás en sus viajes al Polo Sur y al Sendero del Macizo del Pacífico, pero éstas se detuvieron en una conocida ruta de tráfico de drogas entre Coari y Codajas. Fue entonces cuando la asaltaron.
Sin embargo, ella era consciente de que se encontraba en peligro y días antes de desaparecer publicó lo siguiente: “Así que en Coari (a 100 kilómetros de distancia) o en sus cercanías me robarán mi bote y me matarán. Qué bonito”.