El Gobierno de Estados Unidos ha instado a los ciudadanos norteamericanos que se encuentren en Siria a abandonar este país "inmediatamente", como medida de precaución ante la constante represión con que el Gobierno de Bashar al Assad responde desde hace meses a las protestas pacíficas. Mientras, un teniente coronel que abandonó el Ejército sirio ha acusado a "grupos armados" de la muerte de civiles en el país.
El Departamento de Estado estadounidense urge la salida "mientras aún están disponibles los vuelos comerciales", en una nota de alerta en la que también instan a aplazar cualquier plan de viaje a Siria.
Washington ya había ordenado en abril la repatriación de familiares de funcionarios norteamericanos en Siria y de personal de la Embajada no esencial.
Acusan a "grupos armados"
Por su parte, el teniente coronel Hussein Harmoush, que abandonó el Ejército sirio durante la represión, ha aparecido en la televisión siria para acusar a "grupos armados" de la muerte de civiles en el país.
"Mucha gente fue asesinada, y estoy seguro de que los asesinos fueron grupos armados", ha dicho Harmoush, que cruzó la frontera con Turquía para ir a un campo de refugiados, en donde permaneció hasta hace dos semanas, cuando se le dio por desaparecido.
"Durante mi servicio en el Ejército sirio, nadie me ha ordenado que dispare contra civiles o cualquier otra persona, ni he visto u oído a ningún comandante del Ejército dar órdenes para que se dispare a civiles", ha especificado.
Mientras, la oposición siria ha afirmado que Harmoush fue detenido por las fuerzas de seguridad del país poco después de desaparecer del campo de refugiados en Turquía. Por ello, han acusado a Ankara de usar al militar, el primero que abandonó el Ejército a causa de la represión de Damasco contra los manifestantes, como moneda de cambio para conseguir un pacto beneficioso en algún otro campo.