"Estamos profundamente preocupados por los continuos esfuerzos de ambas partes para interferir y socavar las operaciones independientes de la comisión electoral, la judicatura y otras instituciones esenciales", ha dicho la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.
Nauert ha recordado en este sentido el ataque perpetrado el martes en Nairobi por hombres armados contra el coche de la vicepresidenta del Tribunal Supremo, Philomena Mwilo, que se libró porque en ese momento no iba dentro, si bien su conductor y escolta resultó herido.
Para rebajar la tensión política, Nauert ha pedido a Gobierno y oposición que entablen inmediatamente "un diálogo abierto y transparente" y ha instado a la comisión electoral a resolver los asuntos pendientes.
"Estados Unidos urge a todos los kenianos a permanecer en calma y rechazar la violencia", ha dicho. "No es momento de luchar para dividir Kenia, sino de que todos los kenianos se unan", ha apostillado.
El país ya celebró elecciones presidenciales el 8 de agosto concediendo la victoria al actual mandatario, Uhuru Kenyatta. Pero el líder opositor, Raila Odinga, denunció fraude y el Tribunal Supremo confirmó que se habían producido irregularidades, por lo que anuló la votación y convocó otra para el 26 de octubre.
Odinga y su Súper Alianza Nacional (NASA) han decidido no participar en las nuevas elecciones porque la comisión electoral, a la que responsabilizan del fraude en las anteriores, sigue integrada por las mismas personas y han anunciado que, a partir del jueves, la NASA será un "movimiento de resistencia".
La crisis electoral en Kenia amenaza con reavivar la ola de violencia que se desató tras las presidenciales de 2007, que dejó más de 1.200 muertos.