La dura vida de una modelo en China

Noticias Cuatro 18/02/2014 17:39

Durante sus años en China, el agente de Meredith comprobaba su peso cada lunes. Si ganaba 3 centímetros de pecho, cintura o caderas, podía ser despedida y enviada a casa.

Estas estrictas condiciones también se aplicaban a modelos con edades por debajo de los 14 años, que también podían ser despedidas y expulsadas de su apartamento si su pecho o caderas crecían más de lo calculado debido a su pubertad.

La modelo confiesa que se vió obligada a perder alrededor de 10 kilos en tan solo siete semanas después de firmar un contrato con la agencia de modelos a los 19 años. Ahora, a los 27, ha dejado su profesión de modelo y ha vuelto a Estados Unidos para ganarse la vida como diseñadora gráfica.

Meredith describe el mundo de las modelos chinas como "la basura del mundo modelístico, el último escalón en la escalera de la élite de la moda".

En su libro, la exmodelo relata cómo ella y otras 12 compañeras vivían en un antiguo y desgastado apartamento con cuatro habitaciones y dos baños para todas, en el que tenía que dormir en un sofá sucio, y por el que les cobraban alrededor de 360 euros por la estancia.

Sin embargo, eso no era lo peor. Cuando las jóvenes conseguían empleo, la agencia que les contrataba se quedaba el 40% de su salario, otro 10% para el vigilante, por lo que debían vivir con, prácticamente, la mitad de su sueldo.

"Cuando dejé China, no había ganado nada de nada".

El único dinero que las modelos recibían para sí mismas eran 60 euros semanales que la agencia podía suprimirles "si engordaban".

Incluso, una modelo podía deber dinero a su agencia si no encontraban trabajo o si lo rechazaban.

En muchas ocasiones, las modelos solían trabajar con una visa falsa ilegal de turista, lo cual quiere decir que aceptaban trabajos en el que no se sentían cómodas para conseguir ganarse la bendición de las agencias.

"Si una modelo se negaba a un trabajo, podía perder su contrato y su apartamento. No podía trabajar en ningún lugar más porque eran turistas, y si su familia o la agencia se negaban a mantenerla, no tenía dinero suficiente para volver a su casa", relata Meredith.

Según informa el diario 'The Daily Mail', la exmodelo también escribe sobre el frenético ritmo de vida al que se veían forzadas a vivir, "una modelo de mi agencia fue ingresada en el hospital por agotamiento, y mientras estaba en la cama del hospital, su móvil no paraba de vibrar por todos los mensajes de reprimenda que la agencia le enviaba, ya que para ellos, estaba perdiendo trabajo y les costaba dinero mantenerla".

Sin embargo, algo que también hay que tener en cuenta es el aumento de la tasa de suicidio en esta profesión, incuso la propia exmodelo confiesa que sintió "depresión durante varios meses, provocado por el aislamiento cultural y la impotencia de no poder hacer nada ante su situación".