En China, comienzan a tener controlada la epidemia de coronavirus y, ahora, temen los casos importados de fuera, especialmente, de la Unión Europea.
El país, que es consciente de que su sistema político se cuestiona en otras partes del mundo, quiere demostrar que es capaz de funcionar igual o mejor que las democracias occidentales. Su enorme capacidad económica y la verticalidad del régimen le han permitido poner en marcha medidas que en otros sitios serían impensables como la paralización casi total del país.
Según la narrativa oficial, como publicaba la agencia estatal Xinhua, desde mediados de enero, el número de nuevos contagios ha bajado de 100. Concretamente, las autoridades sanitarias chinas han confirmado 99 nuevos casos y otras 28 muertos por el coronavirus, todos ellos en la provincia de Hubei.
Además, uno de los nuevos casos del país, que ya lleva 80 651 contagiados y 3 070 muertes, ha sido importado desde España.