Ventimiglia, una ciudad fronteriza entre Francia e Italia, se ha convertido en un gran centro de tránsito de personas que quieren llegar al centro de Europa. Un municipio en el han abusado de más de 1.900 jóvenes, tal y como ha publicado el periódico The Guardian. Las chicas, que en su mayoría proceden del África subsahariana, lo hacían al no poder pagar los entre 50 y 150 euros que piden los conductores para poder atravesar la frontera.
Según la directora de los programas de Save the Children en Italia, Rafaella Milano, las jóvenes "están fuertemente expuestas a serios riesgos de abuso y explotación". En muchos casos, además, se encuentran a sí mismas viviendo en condiciones "de gran degradación".
"Son chicas muy jóvenes y en una situación de riesgo, que se encuentran entre la gran cantidad de menores migrantes no acompañados en tránsito en la frontera norte de Italia", ha afirmado la directora de los programas de Save the children en Italia, Raffaela Milano, a los medios de comunicación.
El número de personas que hay en la actualidad en Ventimiglia ha aumentado considerablemente después de que el pasado abril fuera desalojado un campo de refugiados improvisado junto al río Roya. Desde entonces, los niños migrantes viven en las calles en "condiciones degradantes, promiscuas y peligrosas”. En el informe se recoge, además, que los abusos no son algo aislado de la zona y que están ocurriendo en todo el territorio italiano.