Trump prometio que prohibiría la llegada al país de inmigrantes musulmanes en un comunicado el pasado 7 de diciembre, tras el ataque de dos islamistas en California que se saldó con 14 muertos. El presidente electo habló de vetar "totalmente" la entrada de musulmanes en el país.
Esta propuesta fue una de sus ideas estrella durante la campaña electoral de Trump, y también de las más polémicas. No obstante, su portavoz tuvo que matizar en junio esta iniciativa, apuntando que esta restricción sólo afectaría a personas que procedan de "estados terroristas" y no a todas las personas de fe islámica.
En agosto, el compañero de fórmula de Trump y ahora vicepresidente electo, Mike Pence, sugirió que en línea con esta propuesta el país podría prohibir también que pisaran suelo estadounidense los adeptos de otras fes, siempre que procedan de países o territorios que apoyen el terrorismo.
En este contexto, líderes de la comunidad musulmana del país trataron de animar a esta población --unos tres millones de personas-- a registrarse como votantes, alegando que podrían tener un impacto real sobre el resultado electoral en ciertos estados clave, como Virginia o Florida. Trump se hizo finalmente con la victoria en Florida, aunque su rival demócrata, Hillary Clinton, se impuso en Virginia.