El pasado mes de abril, un grupo de 13 empleados norcoreanos del restaurante estatal ubicado en la ciudad china de Ningbo huyeron a Corea del Sur. En junio, tres trabajadores de otro local oficial en el gigante asiático desertaron al país vecino.
De acuerdo con RFA, Pyongyang ha llamado a consultas a sus diplomáticos en la provincia china de Shenyang, encargados de controlar al personal de estos restaurantes, para "revisar su lealtad" al régimen comunista.
Estos locales suponen una importante fuente de ingresos en dólares para Corea del Norte, acosado por las sanciones internacionales, que han aumentado en el último año por las pruebas nucleares y con misiles balísticos del Gobierno de Kim.
Los trabajadores de dichos establecimientos deben superar unas rigurosas pruebas de selección para confirmar su lealtad a las autoridades norcoreanas. Por ello, son unas de las pocas personas a las que se les permite viajar al extranjero.