Dos contratistas de la Secretaría de Estado acusan a Clinton de saltarse las normas de seguridad

EUROPA PRESS 08/11/2016 07:58

En una entrevista concedida de Fox News, Dave Whitnah --que ha trabajado con el departamento de seguridad tecnológica, responsable de las cámaras de seguridad y las alarmas-- ha señalado que todo el mundo sabía que la entonces secretaria de estado era el principal objetivo de las agencias de inteligencia extranjeras.

"El principal objetivo sería la secretaría de estado y sus comunicaciones", ha explicado Whitnah. "Puede uno pensar en las negociaciones con Irán, en las negociaciones nucleares, en las conversaciones con Rusia... en todo lo que tiene que ver con la política exterior", ha continuado.

Whitnah ha hecho hincapié en que se gastaron decenas de millones de dólares en la seguridad técnica de Clinton, que aparentemente estaba desatendida, mientras su equipo viajaba por todo el mundo.

Si bien ha señalado que es imposible de valorar si su BlackBerry pudo haber sido utilizada "para algo más que sólo para comunicaciones clasificadas", ha explicado que el Departamento de Seguridad no había certificado sus aparatos electrónicos como seguros.

En este contexto, Whitnah ha subrayado que su correo electrónico podía interceptarse e, incluso si apagaba la BlackBerry, "se podía escuchar". "Es por eso que se quitan las baterías" de estos aparatos, ha apuntado.

Por otro lado, Amel Smith, que trabajaba en el departamento como investigador de contrainteligencia y contraespionaje, ha explicado que si bien se construyeron determinadas instalaciones seguras para información clasificada --conocidas como Instalaciones de Almacenaje de Información Sensible, SCIF, por sus siglas en inglés--, las puertas que "se supone que deberían estar cerradas, se dejaban abiertas".

"Si hay alguna persona ajena dentro, se convierte automáticamente en un compromiso", ha explicado Smith. En una de las investigaciones del FBI que han tratado durante la entrevista, se explicaba que había ordenadores personales dentro de estas instalaciones seguras de Clinton, si bien la ex secretaria de Estado aseguró al FBI que no tenía ningún ordenador de este tipo en estas instalaciones.

"Si alguien dice que están ahí, es que están ahí, y la razón por la que alguien lo niegue es, probablemente, que no se tiene permiso para ello", ha explicado. Smith ha explicado que el hecho de tener ordenadores sin aprobación dentro de estos SCIF es una llamada automática a abrir una investigación de seguridad.

CLINTON, SIN INVESTIGAR

Si bien el director del FBI, James Comey, reconoció el pasado mes de julio que Clinton había sido "extremadamente descuidada" en la gestión de información clasificada, anunció que no recomendaría que se presentaran cargos contra la ex secretaria de Estado por el uso de un servidor privado de correo electrónico.

De esta forma, y aunque advirtió de que existen indicios que avalan que tanto Clinton como su equipo fueron "extremadamente descuidados" en el envío de información "muy sensible", no existía ninguna "prueba clara" que confirme que existieron malas intenciones por parte de la exsecretaria.

Según el director del FBI, a través del polémico servidor privado utilizado por Clinton se enviaron o recibieron 110 correos con información clasificada, con el riesgo que esto conlleva en caso de una posible intromisión de "actores hostiles".