"Anoche, mi mujer fue ingresada en un hospital en Washington, debido a una enfermedad. Después de discutir las opciones con mi familia, hemos llegado a la conclusión de que lo mejor es que haga efectiva hoy, 8 de diciembre de 2017, mi dimisión", ha explicado Franks en un comunicado recogido por medios estadounidenses.
Las principales sospechas que han surgido contra el congresista tienen que ver con las presiones presuntamente ejercidas contra miembros de su equipo. En concreto, Franks habría hablado con al menos dos de sus empleadas sobre la posibilidad de una maternidad subrogada cuyos detalles no terminaron de estar claros para las aludidas.
Franks, como político, se ha opuesto al aborto y a todo tipo de procedimiento que implique descartar embriones y fuentes citadas por el portal de noticias Politico han asegurado que, en sus contactos con el personal, no estaba claro si lo que le pedía a las empleadas era que accediesen a una fecundación in vitro o a mantener relaciones sexuales.
El jueves, Franks admitió que había hablado del tema y lamentó si había provocado que se sintieran incómodas, pero subrayado que "absolutamente nucna había intimidado físicamnete, coaccionado o intentado tener ningún contacto sexual con miembros de su equipo".