“No puedo creer que fuese una esclava durante dos años”

Noticias Cuatro / Agencias 29/04/2015 08:39

“No puedo creer que fuese una esclava durante dos años”, narra Zunduri que gracias a un descuido de sus captores ha podido huir.

Todo comenzó cuando Zunduri escapó de su casa y la madre de una compañera de clase, Leticia Molina, le ofreció 300 pesos, más comida y casa por planchar en su tintorería. Al tiempo, la chica dejo el trabajo para irse a vivir con su novio. La relación no funcionó y volvió a pedir trabajo en la tintorería. Ya nada fue igual.

En esta segunda etapa tuvo que aceptar más trabajo y menos comida. Asi que Zurundi cada vez estaba más cansada de tantas horas de trabajo y empezó a cometer fallos y quemar algunas prendas. Cuando los clientes reclamaban el pago de las prendas estropeadas, la dueña de la tintorería le descontaba el dinero de su sueldo. Con el tiempo la deuda de Zurundi con su jefa fue enorme.

La situación empeoraría cada vez más. Empezaron los malos tratos físicos. Lo peor fue cuando el día del babyshower del primer nieto de la familia, la encerraron encadenada al cuello en una habitación minúscula tras la tintorería. Leticia le dijo que no podía ir a la fiesta.

Zundurí empezó a ser golpeada, quemada con la plancha y pasaba días sin comer ni beber, planchando día y noche sin descanso. Llegó a comer “a escondidas el plástico que cubría la ropa de la tintorería”.

Un día logró escapar, gracias a un descuido de sus jefes. Con la ayuda de una amiga pudo llegar a comisaria y denunciar.

La chica tiene el cuerpo de una niña de 15 años, a pesar de sus 23, pero sus órganos son como los de una persona de 80. Ahora recibe atención médica y psicológica.

Sus captores podrían enfrentarse a una pena de hasta 70 años de prisión, acusados de trata de personas y secuestro, informa BBC. La policía mexicana ha detenido a los cinco miembros de la familia que regentaba la tintorería: la dueña, Leticia Molina, su hermana, su pareja y sus dos hijas.