Una persona ha muerto y siete han resultado heridas este sábado en un tiroteo registrado en el principal centro comercial de la ciudad de Toronto, según ha confirmado la Policía local. Dos de las personas heridas se encuentran en estado crítico y el presunto autor de los disparos se encuentra huido.
En un suceso inusual en Canadá debido al estricto control en la venta de armas, un niño de entre 13 años se encuentra entre los heridos graves, ha informado un portavoz de la Policía local. El fallecido es un hombre de 25 años y la otra persona que se encuentra en estado crítico es un joven de 20 años.
El jefe de la Policía de Toronto, Bill Blair, ha asegurado que la víctima mortal podría ser el objetivo del delincuente, a tenor de la gravedad de las heridas de bala que sufría. Dos mujeres y un hombre tienen serias heridas de bala, mientras que la persona restante, una mujer, está herida leve, según ha sostenido la Policía.
"Mucha gente inocente ha sido herida y mucha gente inocente ha estado en riesgo", ha puntualizado Blair, "no cesaremos hasta encontrar a la persona o personas responsables de esta violencia".
Por su parte, el alcalde de Toronto, Rob Ford, ha manifestado que "es terrible cuando oyes algo como esto". "Mi corazón está con las familias que se han visto afectadas por este terrible crimen". Sin embargo, el presunto autor de los disparos se encuentra huido. "Hemos de apresarlo", ha sentenciado Ford.
Los primeros indicios apuntan a que el tiroteo comenzó a media tarde en un supermercado que hay en el centro comercial, que fue inmediatamente evacuado. Algunos testigos presenciales han explicado a las televisiones locales que han escuchado más de una decena de disparos, lo que desembocó en una huida masiva de la gente que se encontraba en aquel momento en el complejo comercial.
A continuación, decenas de agentes de la Policía, de vehículos de los servicios de emergencia y forenses establecieron un cerco sobre el centro comercial.
Este incidente ha reavivado los recuerdos sobre el último tiroteo grave vivido en Canadá en diciembre de 2005 cuando una niña de 15 años fue abatida y varias personas resultaron heridas. El antecedente más severo data de 1989, cuando un hombre solitario acabó con la vida de catorce personas en un crimen perpetrado en la Universidad de Montreal.