En un comunicado, el Gobierno brasileño ha dicho que espera recaudar, a partir del cierre de 2017, cerca de 44.000 millones de reales (11.800 millones de euros) a lo largo de los años de vigencia de los contratos.
Los aeropuertos que serán licitados se dividieron en cuatro bloques. Uno de ellos incluye sólo el aeropuerto de Congonhas --segundo más grande del país con un tráfico de 21 millones de pasajeros al año--, un segundo grupo abarca aeropuertos del Nordeste --Maceió, Aracaju, João Pessoa, Campina Grande, Juazeiro do Norte y Recife--, otro bloque será formado por terminales ubicado en el estado de Mato Grosso --Cuiabá, Sinop, Ala Bosque, Barra do Garça y Rondonópolis-- y un cuarto grupo cubrirá los aeropuertos de Vitória y Macaé.
Además de las concesiones, se ofrecerán a la iniciativa privada las participaciones accionarias del 49% que Infraero, compañía aeroportuaria del Gobierno de Brasil, mantiene en los aeropuertos que fueron concesionados por Dilma Rousseff --Guarulhos, Brasília, Galeao y Confins--.
Los actuales proveedores privados tendrán acceso preferencial en la compra, pero si declinan ejercerlo, los activos serán subastados o vendidos a empresas internacionales, según informó el Gobierno.