"Estuve hoy en la casa de mi hija, y, desde allí, llevé a mi nieto a la casa de su abuelo, que queda en el mismo barrio. Mi nieto viajó en mi regazo en el asiento de atrás. Fue un error. La legislación de tráfico es clara: los niños deben ir en la sillita (en el coche). Pido disculpas por el error", escribió la presidenta.
La normativa que violó la mandataria data de 2008, promulgada por el Consejo Nacional de Tráfico (Contran), que determina que todos los niños menores de diez años deben viajar en el asiento trasero usando cinturón de seguridad o algún sistema de retención.
La infracción a la norma es considerada ‘grave’ por la legislación de tráfico brasileña y se castiga con una multa de unos 60 euros y la retención del vehículo.