Saadi Gadafi está acusado de ordenar el asesinato de Bashir al Rayani, entrenador del equipo de fútbol Ittihad Tripoli, y se expone a ser condenado a muerte. La familia de Al Rayani ha rechazado cualquier acuerdo de compensación económica.
Al Rayani entrenó al club en que jugó Saadi durante varios años después de jugar para la selección libia entre 1975 y 1983. En su etapa como jugador era conocido como el 'número nueve' a causa de una ley que prohibía a todos los jugadores, salvo Saadi, ser mencionados por su nombre.
Saadi, que tuvo una breve carrera como jugador de fútbol en Italia y durante el largo mandato de su padre, escapó al extranjero durante la revolución de Libia de 2011 y fue extraditado por Níger en 2014.
Contra Saadi Gadafi pesan además cargos por detención ilegal, corrupción, represión del levantamiento de 2011 y consumo ilegal de alcohol. El hijo del exlíder libio rechaza todos los cargos.