En su comunicado, la oficina del gobernador ha recalcado que la decisión ha sido tomada "para garantizar la protección de la población y del orden público", según ha informado la agencia estatal turca de noticias, Anatolia.
Así, ha recalcado que las autoridades han recibido informaciones de Inteligencia sobre "los preparativos llevados a cabo por organizaciones prohibidas para atentar en la provincia".
La oficina del gobernador de Ankara ha detallado que cualquier acto público deberá contar con permiso de las autoridades, advirtiendo de las consecuencias legales de no acatar la orden.
La capital ha sido escenario de varios atentados en el último año, el más sangriento de los cuales tuvo lugar en octubre de 2015, cuando más de cien personas murieron en un atentado suicida del grupo yihadista Estado Islámico antes del inicio de una manifestación.
Asimismo, más de 65 personas murieron en dos atentados perpetrados en febrero y en marzo por la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), considerada por Turquía como un grupo terrorista.