"La primera tarea de nuestros equipos psicosociales es dar a conocer la asistencia que brindan a los recién llegados. Estas sesiones de 'primeros auxilios psicológicos' son una oportunidad para identificar a aquellos que necesitan cuidados especiales", ha asegurado el coordinador de emergencia de ACH en Irak, Cordier Malourène. "La población que huye de Mosul llega a los campamentos de desplazados en un estado de angustia debido a lo que ha vivido en los últimos dos años. Es importante que se sientan seguros", ha añadido.
ACH ha realizado un estudio preliminar en los campamentos de Zelikan y Khazir para evaluar la magnitud de las necesidades. Los resultados han mostrado que más del 70 por ciento de los encuestados se encuentra en un estado de gran sufrimiento y el 58 por ciento está preocupado.
"Estas cifras no son sorprendentes ya que muchas de estas personas, entre ellas muchos niños, han tenido que huir por la noche, han visto cadáveres en la carretera mientras las bombas seguían cayendo y ahora se encuentran en un entorno nuevo", ha señalado Malourène.
La ONG, que ha señalado que el agua es una necesidad básica cada vez mayor en el campamento de Kahzir, distribuye a diario 500.000 litros entre los diferentes puntos de agua del campamentos. Además, ha distribuido 1.450 kits de emergencia con bidones, jarras termo, botes de basura y bolsas.
La organización ha redoblado sus esfuerzos en Irak para apoyar a la población afectada desde que Estado Islámico tomó el control del territorio en 2014. Desde principios de año ha asistido a más de 260.000 personas.