Syriza encara su gran oportunidad con la promesa de abrir una nueva etapa en Grecia

Noticias Cuatro / Agencias 24/01/2015 20:27

El país ha llegado hasta estas elecciones de nuevo tras un adelanto, sin que hayan pasado tres años desde la última cita. El primer ministro, Antonis Samaras, apostó hace un mes su futuro político a la elección del presidente, que decidió adelantar a diciembre de 2014 para zanjar una incertidumbre que ya comenzaba a asomar.

La designación presidencial corresponde al Parlamento y obliga a que una 'supermayoría' de diputados respalde a un único candidato. Nueva Democracia y el PASOK no lograron sumar suficientes apoyos para su candidato, el excomisario europeo Stavros Dimas, lo que derivó en la disolución parlamentaria -tal como quería Syriza.

Casi diez millones de griegos están llamados a votar para elegir la composición del Parlamento o Consejo de los Helenos. El voto es obligatorio, si bien en la práctica no se aplican sanciones y las leyes contemplan excepciones para el caso de las personas mayores de 71 años, que representan una quinta parte del electorado total.

La ley establece que los colegios electorales están abiertos en Grecia desde que amanece hasta que se pone el sol. En términos prácticos, este dogma se traduce en que abrirán a las 7:00 -una hora menos en la España peninsular- y cerrarán a las 19:00. Una vez selladas las urnas, los medios publicarán los primeros sondeos.

Aritmética electoral

De los 300 diputados en juego, 238 se eligen en función de las 56 circunscripciones mediante un sistema de reparto proporcional, mientras que otros doce quedan distribuidos por el porcentaje de sufragios obtenidos a nivel nacional.

Quedarían por repartir, por tanto, 50 escaños. El sistema electoral griego contempla una prima de medio centenar de diputados para el partido más votado -no se requiere un umbral mínimo de apoyo-, en un intento de garantizar una gobernabilidad que no parece asegurada tras los comicios de este domingo.

Para obtener mayoría absoluta, un partido o coalición necesita sumar un total de, al menos, 150 diputados, algo que en el actual escenario se antoja complicado. La Constitución griega plantea un plazo de tres días para que el partido más votado forme Gobierno y, si no lo consigue, pasa el turno al segundo.

En caso de que ninguna fuerza logre formar una coalición, Grecia se vería abocada a nuevas elecciones, como ya ocurriese tras los comicios de mayo de 2012. Nueva Democracia logró entonces unos insuficientes 108 escaños que logró convertir en junio en 129. Los diputados del PASOK (33) le dieron la llave del Gobierno.

Entre los potenciales aliados destaca ahora To Potami (El Río), que en pocos meses -surgió antes de las elecciones europeas de mayo de 2014- ha logrado ascender hasta el punto de luchar por el tercer puesto. Su ambigüedad programática le deja como posible partido bisagra tanto para Syriza como para Nueva Democracia.

La terna la completa el Partido Comunista, que se inclinaría en principio por Syriza; Griegos Independientes, más afines a Nueva Democracia; o Amanecer Dorado, con una ideología neonazi que le deja fuera de cualquier cálculo de negociación postelectoral.