1525 nuevos contagios en las últimas 24 horas, por tercer día consecutivo por encima del millar. Cada día tenemos conocimiento de brotes nuevos ya repartidos prácticamente por toda la geografía. Combatidos con aislamientos de los afectados, de los casos sospechosos, algunos confinamientos y, sobre todo, con distancia personal y mascarillas obligatorias. A pesar de ello, el virus sigue infectando. Y lo más preocupante ha regresado a algunas residencias de ancianos.
Hay 483 brotes activos todavía de los 617 detectados desde que finalizó el estado de alarma. 7900 infectados. Preocupa que haya transmisión comunitaria en enclaves como la vallisoletana localidad de Íscar donde una comida ha amplificado el virus a 42 personas y mantiene a otras 44 en vigilancia.
El confinamiento ya se ha levantado en Lleida y siete municipios aledaños. Cataluña ahora centra sus esfuerzos en el ocio nocturno. La decisión, limitar el horario a la medianoche. Pero el Tribunal Superior de Justicia ha invalidado la decisión. Controlar la situación en Aragón ha llevado a retroceder a Zaragoza a fase 2. La comunidad ha sumado 512 nuevos casos en 24 horas, un tercio de los acumulados en toda España. Con el ojo puesto en las residencias de ancianos donde el virus ha vuelto a colarse. Preocupan la de Chimillas y la de Burbáguena donde ya hay tres fallecidos y sobre la que pesa un anuncio de denuncia por parte del Gobierno de Aragón.
A pesar de las residencias afectadas el perfil de los contagiados ha cambiado. Su edad ha bajado de los 63 a los 45 años. Al ocio nocturno hay que sumar las reuniones sociales como motor de propagación del COVID-19. Son más los brotes de este tipo pero menos el número de infectados. Como vacuna, la distancia personal y la mascarilla ya obligatoria en la mayoría de España.