Estudiantes fingen su propio secuestro tras ser estafados por un falso policía

Noticias Cuatro 27/06/2018 12:57

Según ha informado el Daily Mail, la mayoría de los afectados son estudiantes chinos que residen en Australia. Estos son chantajeados por una persona que se hace pasar por un policía para que simulen su propio secuestro y pidan una gran suma de dinero a sus familiares como rescate.

Los medios internacionales describen el caso como una "sofisticada estafa telefónica" que ya ha engañado a jóvenes de todo el mundo y que puede seguir aún en activo.

La estafa consiste en que el estudiante recibe una llamada de una voz que habla en mandarín comunicándole que va a recibir un paquete. A continuación, pasan a la víctima con una persona que se hace pasar por un oficial de policía, según el testimonio recogido por The Feed SBS de una de las afectadas.

Este falso agente le dice al estudiante que se ha metido en una trama financiera en la que están implicados reconocidos criminales. Le aseguran que tienen pruebas sólidas contra el interlocutor y que si no coopera, acabará en la cárcel.

Tras esto, la víctima recibe una orden judicial junto a una foto suya por parte de esta voz desconocida que le hace saber que está bajo vigilancia y que controlan todos sus movimientos.

"Estaba preocupada y asustada. Dijo que era un caso clasificado y que no se lo podía contar a nadie", declara Xiao Chen al medio.

Para probar su inocencia, el falso agente le cuenta que debe pagar una cuantiosa cantidad de dinero: 4.000 dólares por la investigación, 90.000 dólares para una especie de fianza de seguridad y otros 250.000 dólares por un caso de responsabilidad civil.

"Cada vez que me hacía enviarle dinero me daba una razón. Yo al principio no lo entendía, pero confié en él e hice lo que me decía".

El estafador los obliga a fingir su propio secuestro y a grabarlo en vídeo como una forma de obtener este dinero. Gracias a esto, la policía ha podido recopilar los archivos de varios estudiantes que aparecen amordazados y con la cabeza cubierta por una capucha.

Algunas de las víctimas llegaron a pagar hasta 9 millones de dólares a los timadores.