El TSJM confirma la condena a 27 años de cárcel para el 'descuartizador de Majadahonda'

Noticias Cuatro 15/03/2018 13:27

La Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha confirmado en todos los términos la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid que condenó a Bruno H.V., conocido popularmente como el 'descuartizador de Majadahonda', como autor penalmente responsable de las muerte de su tía, Liria H., y Adriana Beatriz G.N., inquilina del chalet donde presuntamente acabó con su vida y las trituró en una picadora de carne.

De esta forma, el TSJM, en una sentencia contra la que cabe recurso de casación ante el Tribunal Supremo, ratifica la pena de 27 años, tres meses y un día de prisión a la que fue sentenciado en primera instancia por dos delitos de homicidio, un delito continuado de estafa, otro de falsedad documental y otro de tenencia ilícita de armas.

La sentencia, recurrida por la defensa del condenado, consideró probado, tal y como estableció el jurado popular, que tras matar a su tía Liria en una fecha por determinar, Bruno H. constituyó una empresa de construcción con el ánimo de obtener un beneficio económico de esa muerte.

Así, cargó a la cuenta de su tía, meses después de su fallecimiento, recibos por importe de más de 33.000 euros y con el mismo propósito simuló la firma de su pariente en un contrato falso de arrendamiento, por el que la fallecida le cedía el uso de su vivienda de la calle Sacedilla, en la localidad madrileña de Majadahonda, que es donde se encontró la picadora industrial con la que Bruno troceó tanto ese cadáver como el de su inquilina.

También quedó igualmente probado que el condenado, años después de este primer crimen, el 1 de abril de 2015 causó la muerte de Adriana Beatriz G.N., cuyo cadáver también troceó e hizo desaparecer ayudándose de la misma picadora de carne. Para hacer creer a los allegados y amigos de Adriana que la joven seguía con vida y se había marchado de viaje, tres días después de su muerte introdujo bajo la puerta del establecimiento comercial en el que ella trabajaba un sobre con una carta mecanografiada dirigida al gerente en la que supuestamente le contaba esa intención.

Además, para otorgar verosimilitud a la estrategia, Bruno envió mensajes con el móvil de la fallecida en los que explicaba que se encontraba en Barcelona de camino al extranjero. El condenado hizo desaparecer los cuerpos ocultándolos en un lugar desconocido, aún por determinar. En el registro de su vivienda se encontraron diferentes armas para las que no tenía licencia.