En los pasillos del Congreso, Robles ha asegurado que nadie de la Gestora se ha puesto en contacto con ella después de el sábado confirmara su rechazo a Rajoy, pero, en todo caso, considera que la dirección del partido debería estar más preocupada por los problemas de la ciudadanía y por hacer una oposición "seria" al PP que por aplicar unas medidas que considera "del siglo XIX".
La socialista madrileña ha defendido que no espera que esta división de voto en el grupo parlamentario vaya a ser una tónica general durante la legislatura. Según ha defendido, lo de este sábado fue una situación "excepcional" y en situaciones así no se debería castigar a aquellos diputados que voten "de forma distinta" a la mayoría.
UNIÓN PERO POR "CONVICCIÓN"
A su juicio, el PSOE debería estar unido "por convicción, no por amenazas", sobre todo después de que el programa electoral del PSOE no implicaba "en ningún caso" apoyar a Mariano Rajoy. "Hay que mirar el futuro y trabajar lo más unidos posible, y no pensar en sanciones", ha insistido.
Preguntado, en concreto, por si teme que le quiten la Presidencia de la Comisión de Justicia que ostenta, Robles ha querido dejar claro que ella tomó la decisión desde la "convicción" y del "respeto" al programa electoral. "Si por cumplir con la palabra dada se me sanciona, el PSOE tendrá que valorar si eso es lo que la sociedad del siglo XXI quiere", ha zanjado.