En la exposición, que estará abierta al público del 13 de diciembre al 4 de marzo de 2018, podrán ver imágenes de la primera aviadora española, María Bernaldo de Quirós, del fundador del Ejército del Aire español, Alfredo Kindelán o de la carrera París-Madrid de 1911, además de indumentaria de la época.
También se podrá ver un simulador de vuelo que se utilizaba a principios de siglo XX, las cartas de navegación de la carrera París-Madrid o los proyectos de los dirigibles de Rivera y Juandó.
El Rey Juan Carlos ha recorrido la muestra, acompañado del secretario de Estados de Infraestructura, Transporte y Vivienda y presidente de ENAIRE, Julio Gómez-Pomar, quien ha hecho de anfitrión de la exposición.
En su recorrido, el Rey emérito ha podido disfrutar de las imágenes, ilustraciones, maquetas aeronáuticas, aviones reales, vestimentas de época y demás fondos documentales que componen la exposición.
Donde más tiempo se ha detenido ha sido en el bloque dedicado a la 'Carrera París-Madrid' de 1991. El guía ha explicado Don Juan Carlos cómo 'Le Petit Parisien' organizó una carrera entre las capitales francesa y española dividida en tres etapas, convirtiéndose en el primer enlace aéreo entre dos capitales europeas.
La exposición acerca al público el libro 'Imágenes de un sueño. En los inicios de la aviación española' de Ángel Sánchez Serrano, experto en historia aeronáutica, editado por la Fundación ENAIRE, para mostrar los primeros vuelos que se llevaron acabo en Madrid desde 1910.
El objeto de esta exhibición es acercar al público un hecho histórico que cambió el mundo: volar y rendir una homenaje a los protagonistas de la 'Edad de Oro' de la aviación mundial, que contribuyeron a situar a España a la vanguardia de la modernidad tecnológica.
LA CORONA ESPAÑOLA Y LA AVIACIÓN.
La Casa Real española siempre ha estado muy vinculada a la aviación, siendo fundamental el apoyo de la monarquía para el desarrollo de la industria aeronáutica en España. Don Juan Carlos estudió el curso 1958-59 en la academia General del Aire, formando parte de la undécima promoción y recibiendo su emblema de piloto militar.
Dos décadas después, su hijo Felipe siguió los pasos de su padre en la misma institución, recibiendo el despacho de teniente del Ejército del Aire, como corresponde a los reyes de España, convirtiéndose en capitán General del Ejército del Aire.