"España es un aliado cercano y un buen amigo, cuya fortaleza y unidad nos importa, y consideramos esencial que la legalidad se mantenga y la Constitución española se respete", ha dicho un portavoz del Foreign Office.
La posición del Gobierno británico sobre el secesionismo en Cataluña es también que "la votación celebrada en Cataluña el 1 de octubre fue declarada contraria a la Constitución española por las cortes españolas", de manera que "celebrarla fue ilegal y un intento de minar la legalidad".
La primera ministra británica, Theresa May, había insistido este lunes ante la Cámara de los Comunes en que quería ver "una solución pacífica" a la situación de Cataluña y había admitido que "nadie quiere ver el tipo de violencia y las escenas" que se vieron "en las calles de Cataluña".