Los incidentes ocurrieron cuando un grupo de jóvenes impidió el acceso de miembros del Consejo de Gobierno de la UPNA a una reunión. Según consta en la sentencia, "con el fin de facilitar el acceso al edificio, al que tenía que entrar el equipo rectoral, se personaron en el lugar requeridas por el mismo varias patrullas de Policía Foral". "Los agentes, debidamente uniformados, pidieron a los concentrados que se retiraran del lugar y dejaran libre el acceso al edificio, a lo que éstos hicieron caso omiso, por lo que procedieron a retirarlos", recoge la sentencia.
El juez añade que "algunos de los concentrados se fueron con sólo acercarse los agentes, mientras que otros mantuvieron una actitud pasiva que obligó a los policías a levantarlos y desplazarlos del lugar".
Cuando los agentes iban a proceder a retirar a uno de los acusados, "éste se opuso a ello, lanzando manotazos y patadas, pese a lo cual los agentes pudieron llevárselo a rastras, procediendo a detenerle en el suelo", recoge la sentencia.
Por su parte, el otro acusado, tras ser desalojado de la zona, "se revolvió y empujó a un agente para volver a situarse en la zona a desalojar, por lo que el referido agente, junto con otro, lo agarraron de los brazos para apartarlo, momento en que el acusado forcejeó y braceó con la finalidad de evitar ser apartado de la entrada, siendo finalmente detenido por la Policía Foral". Ninguno de los agentes resultó lesionado.
Por ello, el juez condena a cada uno de los acusados a seis meses de prisión, además de al pago de las costas. Esta resolución no es firme y contra ella se puede presentar recurso de apelación.