Tras una campaña de duras acusaciones y mucha tensión, los principales sectores que compiten en este proceso y que lideran Iglesias y Errejón, respectivamente, han suavizado sus posiciones en la primera jornada de congreso en el Palacio de Vistalegre, aunque su distanciamiento era patente. "Fraternidad, unidad e inteligencia", reclamaba Pablo Iglesias al tiempo en que apuntaba que "ensimismamiento y división trabajan para el enemigo", palabras que contaron con la aprobación del número 2, quien se sumó a su reclamo. "A partir del lunes, más Podemos, más unidos y más fuertes", recalcó.
No obstante, Iglesias y Errejón entraron en el ruedo de la plaza separados y reivindicaron sus diferentes estrategias políticas para Podemos en su nueva etapa. Así, Iglesias marcó distancia con éste al avisarle de que "la transversalidad no es parecerse a Ciudadanos o el PSOE", y el portavoz parlamentario, ha pedido construir un Podemos "sin etiquetas" y que "dé confianza".
LAS BASES EXIGEN UNIDAD
Sin embargo, los llamamientos a la unidad han sido constantes durante esta primera jornada, principalmente los que han coreado en numerosas ocasiones los alrededor de 9.000 militantes que han asistido al congreso, como toque de atención a los líderes.
Con el cierre de las votaciones para renovar la dirección y los documentos político, organizativo, ético y de igualdad, en las que han participado 155.275 --el 34,5% de los inscritos--, finaliza esta primera jornada de un cónclave que se reanudará este domingo a las 11.00 horas con la exposición de las cinco resoluciones programáticas más votadas por las bases.
El momento cumbre llegará a las 14.00 horas, cuando está previsto que se anuncien los resultados de las votaciones en las que está en juego el liderazgo de Iglesias, ya que ha decidido que si no gana su lista a la dirección y sus propuestas política y organizativa, no seguirá al frente del partido aunque revalide la Secretaría General.