Marín: adiós a un político de los de antes
Juan Antonio Nicolay
05/12/201715:11 h."Quiero si he molestado a alguien, si he herido a alguien, perirle perdón. Les pido perdón si he molestado a alguien". Éstas palabras de Manuel Marin, en su adiós al Congreso, resuenan hoy singularmente, cuando es a él al que se despide. La capilla ardiente en el Congreso ¡dónde si no! La institución que presidió en la legislatura de 2004, la primera de Zapatero. No fue fácil. Con puño de hierro en guante de seda Marin dejó por aquel entonces parte de esa forma de hacer que hoy se recuerda. "Apostó siempre por el consenso", dice Ana Pastor, que hoy ocupa el que fue su cargo en la Cámara Baja. En el Psoe desde el 74; diputado ya en el 79; el Congreso le hizo visible y tercera autoridad del estado. Pero lo suyo, de verdad, fue Europa. Participó en las negociaciones de entrada, en la firma de adhesión, salió en la foto. Llegó a vicepresidente de la Comisión... jóvenes a los que hoy su nombre ni les suena le deben (en parte) su Erasmus. Ahora que ha muerto, de cáncer, a los 68, despedimos a otro político "de los de antes". Irónico. Culto. Rétorico. Incluso barroco. "En política se puede apretar; pero hay que saber el límite. Y luego abrir la mano", dijo con palabras que dejan su esencia. Esa "resignación elegante" con la queautodefinió su estilo.